Siempre he pensado que somos una unión de todas las personas que han pasado por nuestra vida. Un poquito de una, y otro poquito de otra. Nuestras experiencias, familia, amistades, e incluso enemistades forman nuestra personalidad, y eso ya nunca se separa de nosotros. Tenemos que aprender de todo y de todos, y no olvidarnos nunca de lo que somos. Sólo se puede ser feliz si estás a gusto contigo mismo, y eso es algo muy importante en la vida, y no tan fácil de conseguir.
Para mí, todas las personas que han pasado por mi vida son importantes y siempre tendrán un hueco en mi corazón. Porque sí, porque paso por los rincones de mi ciudad, de mi casa, y me acuerdo de esas personas y de esas experiencias. Los recuerdos. A veces me hacen feliz, otras veces me crean angustia por pensar lo feliz que fui y que no volveré a aquél momento, otros me ponen triste, pero son mis recuerdos, y no les quiero perder.
Por eso cuando entro en el portal de mi casa, me acuerdo de las experiencias vividas, de cómo un vecino me pilló una vez "in fraganti", de las largas charlas con personas muy importantes en mi vida, de las esperas, de cada vez que es Navidad y todos los vecinos nos felicitamos esas fechas cuando nos cruzamos en el ascensor, e incluso de los momentos incómodos esperando junto a personas desconocidas con las que no tienes temas de conversación a que el ascensor llegara. Y luego, salgo a la calle y recuerdo el camino que he recorrido tantas y tantas veces para llegar a mi colegio primero, y a mi Universidad después, muchos de ellos acompañada de una de mis mejores amigas, y otros tantos con mis auriculares y mi música.
Paso por el colegio, y me acuerdo de todo lo vivido, de los entrenamientos de baloncesto, de los momentos buenos en el recreo con mis amigas, y de los malos en épocas de exámenes, pero también con mis amigas. Y sonrío, sonrío al darme cuenta de que las mejores personitas de ese colegio son mis amigas, y que nada ya nos separará nunca. Preo también recuerdo a otras personas que, aunque a día de hoy no seamos amigas, siempre las recordaré por haber pasado por mi vida. Y llego a la Universidad, 5 años ya, entré siendo una niña y me voy habiendo vivido muchas experiencias y, en cierto modo, habiendo madurado. También conoces a mucha gente, nadie será nunca como las amigas de la infancia, pero también hay gente muy importante entre esas cuatro paredes.
Y una experiencia muy bonita, por no decir la mejor de mi vida, el Erasmus. Fue increíble mientras duró. Otra vez sonrío, porque recuerdo que a día de hoy, me he llevado lo mejor del Erasmus también, otras personitas muy importantes, que espero que nunca desaparezcan de mi lado.
Y mientras tanto, relaciones amorosas que te hacen aprender mucho, incluso es de lo que más aprendes. Porque pasas con la otra persona las 24 horas del día, porque tienes más confianza que con nadie, es con quien más tienes que aprender a controlar tu carácter, a respetar, a confiar, pero también a querer, a amar, a mimar, a dar cariño. Todo eso es tan importante...que hay que dar las gracias a todas esas personas con las que has compartido tu vida, que además te hacen cambiar, y te hacen pensar diferente. Sin ellas, hoy no sería lo que soy.
Y así pasan los años, y poco a poco tú eres todo lo que son esas personas, y no puedes olvidar a a ninguna de ellas. Lo curioso es que hay gente que sí que puede olvidar, que puede borrar de su cabeza 4 años de su vida, o una persona con la que ha compartido tanto. Será cosa de formas de ser diferentes, pero yo a día de hoy no lo entiendo. Y espero no entenderlo, espero que no me pase y poder recordar a toda la gente importante que ha pasado por mi vida con mucho cariño, y poder ser mejor persona gracias a ellos.
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